Si hay algo de lo que estamos orgullosos, tanto los miembros del Refugio como los de Musikalsol es de la comida. Y es que, si nuestras instalaciones son un lujo y los paisajes que nos rodean un paraíso, la comida que ofrecemos no se queda atrás y es el tercero de los pilares que sustentan el lugar elegido para disfrutar de la música.
Se da el caso de que para la comida, unimos sencillez y calidad, proporcionando lo mejor de nuestra dieta mediterránea con productos de calidad y amplia variedad, pero siempre entendiendo que nuestro público tiene entre 8 y 14 años y por tanto, tiene que ser atractivo para sus pequeños ojos golosos.
Y empieza el desayuno con zumo y frutas, Colacao y cereales, magdalenas y «cruasanes» con mantequilla y mermelada. Y para los más atrevidos, pan con tomate natural. ¡Todo un lujo mediterráneo!
Como un día en el campamento Musikalsol da para hacer muchas cosas, procuramos que a nuestros participantes no les falte nada de energía y, después del desayuno y las primeras actividades del día, hacemos un recreo para despejar mentes y reponer fuerzas con un pequeño almuerzo.
Continuamos y llega la hora de la comida, importante como el desayuno para poder continuar a tope lo que queda de día. Aquí, gran variedad de platos, de carnes y pescados, ensaladas, gazpachos de mil sabores, patatas y huevos… En fin, todo lo necesario para tener una alimentación completa y saludable. ¿Que a los niños no les gusta una parrillada de verduras? Que prueben la nuestra y luego veremos…
Por la tarde, más actividades y más desgaste. Nada como una buena merienda, ¿verdad?
Y ya por la noche, antes de dormir y después de la piscina, un cena divertida para poner colofón a un gran día de campamento. «¡Que bien me lo he pasado hoy!» «¿Qué tocará mañana?» «¡Qué sueño tengo…!»