Esta mañana no hemos madrugado. Hemos desayunado tranquilos y en silencio. Después hemos jugado al ping-pong y hemos tocado un poco…
Pero hablemos de los chicos, que es lo que importa. Hacia las 13h nos hemos reunido con ellos en una charca en la que estaban haciendo un poco de piragüismo. Nos han contado que por la noche no han dormido nada de nada. Que hacía frío y que se veían millones de estrellas. Todos estaban encantados.
Con las canoas lo han pasado fenomenal. Se iban turnando de dos en dos y Paco le iba dando un poco de interés persiguiendo y mojando a quien estuviera en ese momento. Han pasado ahí toda la mañana, han comido, han descansado (he oído que alguno se ha echado una siesta a la sombra de los pinos) y hacia las 16’30h han puesto rumbo al Refugio donde, nada más llegar, se han dado un chapuzón en la piscina.
Todos estaban muy contentos. Alguno se ha puesto a tocar el piano, otro la guitarra, otros hacían corrillos en los sofás y hablaban… Una tarde de domingo muy agradable.
La cena ha sido dura. ¿Qué tiene de malo una cuajada? Mas de una hora y media para que todos terminaran de cenar… Pero al final lo hemos conseguido y ahora están viendo una película en la sala de juegos. Suena a “Piratas del Caribe”.
No se oye un ruido. Como mucho a Jack Sparrow…
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