Ha comenzado el cuarto día con un desayuno tranquilo y bastante puntual. Después de lavarnos los dientes y arreglar un poco las habitaciones, comienzo con la clase de música. Hemos aprendido dos acordes nuevos que, sumados a los dos que aprendimos hace dos días, hacen la suma armónica de casi cualquier canción pop sencilla de ayer y de hoy.
Después de practicar por separado cada uno su instrumento, nos hemos juntado todos para ponerle letra a la canción que queremos componer. Ha sido divertido, pues cada uno iba diciendo una frase continuando con la que decía el anterior, y ha quedado una letra bastante resultona. Después hemos empezado a añadir los acordes aprendidos y parece que va tomando forma. Aún nos queda trabajo, pero vamos avanzando con paso firme.
Después del almuerzo, un poco de gimnasia para el cuerpo y la mente. Se han ido todos a la pista de fútbol y han formado dos equipos. Cada grupo debía dibujar un mural y ponerlo en su portería, teniendo que correr de un lado a otro para ver el mural del contrario, memorizarlo y volver de nuevo a su lado para dibujarlo. Y todo esto sin ser pillado por el rival. Han acabado reventados.
Comida y, a las cuatro, más música y un poco de guión. ¡Ya casi tenemos nuestra historia terminada! Y está quedando graciosísima…
Después el juego del día: “El asesino”. Jugamos todos los miembros de este campamento y aquí nadie se fía de nadie. Todos tenemos tres papeles cogidos al azar, con un nombre, un objeto y un lugar. Y debemos ir deshaciéndonos de nuestros enemigos a lo largo de los días. ¿Quién ganará? A partir de mañana podemos empezar a asesinar… ¡Muajajajajajajajajaajaja!
Luego se han ido al campo a dar un paseo y a la vuelta comentaban todos los hallazgos de dicha excursión. No muy agradable hablar de según qué temas mientras cenábamos, pero en fin, así son las cosas…
Ahora los tenemos jugando a “El Zoo”. Dos grupos, oscuridad y linternas, y mucho, mucho silencio, en busca de animales por los alrededores del Refugio. ¿Los animales? Javi y Paco, claro.
Buenas noches.
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