Evidentemente, es un decir. Aquí no descansa nadie. Pero digamos que hoy ha sido un día diferente que nos ha venido bien a todos para cambiar las ideas y renovar fuerzas.
Hemos desayunado a la hora de siempre pero después, en lugar de dar clase de música, los chavales han cogido una mochila en la que han metido toalla, bañador, un bocadillo y un yogur y se han puesto en marcha rumbo al pueblo. Como anécdota, hemos de decir que mientras esperaban a que Iván hiciera los bocadillos, muchos han estado practicando sus piezas y otros conociendo a la nueva mascota del campamento: Trepi.
En fin, una vez puestos en marcha y ya en el pueblo, después de una agradable comida en un parque, han hecho dos equipos y han completado una entretenida gymkana que les ha hecho preguntar y conocer a toda la gente del pueblo. De hecho, ha habido algún lanzado que se ha hecho amigo de la Guardia Civil que les ha llevado por el pueblo para ayudarles a conseguir una prueba…
Después, y aunque la gymkana se ha alargado más de lo previsto, han vuelto a coger sus mochilas y han reanudado la marcha rumbo a la piscina municipal del pueblo. Parecían muy cansados al llegar, pero ha sido ver el agua y acabarse todos los males. Unos cuantos chapuzones y muchos juegos han hecho pasar el tiempo de forma muy agradable.
Finalmente, vuelta al Refugio no sin antes hacer una foto de familia de excursionistas.
En la cena, todos bastante cansados. Parece que hoy no habrá velada nocturna. A descansar bien que mañana empieza la cuenta atrás…
Buenas noches.
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