Imaginamos que muchos estáis a la espera de este post que no colgamos ayer por la noche, como viene siendo costumbre. Os podríamos decir que lo bueno se hace esperar y que queríamos darle un poco de intriga… O simplemente que se nos hizo tarde, muy tarde y preferimos dejarlo para hoy…
En fin, el día de ayer empezó a la hora de siempre. Una vez pasada la jornada descanso y habernos acostado no demasiado tarde por la noche, a las 9h estábamos todos desayunando y a las 10h manos a la obra. Nos pusimos con las piezas grupales y, aunque con algo de empanamiento colectivo, fuimos colocando cada nota en su sitio, pues ya estamos en la recta final y hay que darse prisa.
Después, tocó terminar el taller de letras que habían empezado días atrás. Estuvieron pintando con spray la base de madera y dando forma a sus letras con hilo de colores. Quedaron cosas bastante chulas, como podéis ver en las fotos.
Para comer nos esperaba un riquísimo salmorejo que hizo las delicias de todos los comensales. (O casi…)
Y por la tarde, lectura del guión antes de imprimirlo y estudio de las piezas del musical por grupos. Había música por todos los rincones del Refugio. Es interesante ver como casi todos tienen conciencia de lo que estamos trabajando y de lo que sale y lo que no. Y se oyen comentarios del tipo: “¡Vamos a repetirlo, que aún no sale!” o “¡Deja de hacer el tonto y hazlo bien!”. Es agradable sentir que se involucran en el proyecto y que les hace la misma ilusión que a nosotros…
Después de la parte musical, tuvo lugar el juego de la bandera. Dos equipos, dos banderas y la defensa de ellas por todo el Refugio. Una auténtica batalla campal. Unos corrían para arriba, otros para abajo… Había gritos, duelos y por desgracia algún derrape (pero nada que impidiera continuar el juego hasta el final). Como el resultado estaba reñido, les dimos unos minutos más de juego, de modo que fue imposible cenar a tiempo. Una cosa llevó a la otra y… de pronto nos dimos cuenta de que era tardíííísimo.
Deja una respuesta