Caray, día 10, parece mentira. Y es que aquí pasa el tiempo de un modo poco convencional. Como dijo una alumna el año pasado, se pasa muy rápido, pero si piensas en lo que hiciste antes de venir al campamento, parece que fue hace un millón de años. Pues eso, que hemos llegado al décimo día de campamento y empiezan a entrar los nervios. Ahora sí que vemos que la representación está a la vuelta de la esquina y que, madre mía, la de cosas que aún nos faltan.
Los niños han pasado toda la mañana de excursión por la Peña del Sombrero, desde la que cuentan que hay unas vistas espectaculares de toda la zona. Por supuesto, han vuelto bastante cansados y con no menos hambre. ¡Qué barbaridad, lo que comen estos niños! Y cuando algo les gusta, lo rápido que lo hacen. Así que ha quedado un generoso tiempo libre que la mayoría ha empleado en repasar el guión o practicar algunas piezas. Y nos hemos juntado con ellos a tocar, que nos apetecía.
A las tres y media más o menos puntuales (ejem) hemos tenido la típica charla de “chicos, se nos echa el tiempo encima, hay que ponerse las pilas”, con asentimiento unánime entre el grupo. Han prometido concentrarse y dar lo mejor de sí. Nuestra pequeña asamblea ha terminado tomando algunas decisiones acerca del decorado y el vestuario. Acto seguido, hemos repartido una copia del guión definitivo a cada alumno y hemos comenzado la clase dejando bastante claras unas cuantas escenas. Y así hasta casi las seis de la tarde, momento en que hemos parado para merendar y jugar en la pradera —a pesar de la larga caminata de esta mañana, se notaba que necesitaban desfogarse un poco corriendo y nada más fácil que darles un balón y llevarlos a la pradera—. El resto de la tarde la hemos pasado ensayando toda la parte musical de la obra.
En la cena, Antonella nos tenía preparada una sorpresa. Pero esta estaba reservada a aquellos que terminaran toda la ración de judías verdes. ¿Cuál era la sorpresa? ¡Pizza! Cómo se nota que Antonella sabía que este pequeño chantaje funcionaría… ¡Ni una judía ha quedado en los platos! Y todos como locos con la pizza.
Ahora están ya en la velada. Hoy tocaban juegos con linterna en el jardín.
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