Cerramos el mes de julio en MusikalSol con un día espectacular. Hoy no hemos parado. Hemos empezado la mañana desayunando puntuales como siempre y en seguida nos hemos ido a tocar. Eso era, por encima de todo, lo que queríamos. Así que hemos empezado dividiéndonos y trabajando los acordes de la canción que estamos componiendo entre todos. Los guitarristas aquí tienen un papel fundamental y se lo están tomando muy en serio. Además, en un momento de despiste, hemos pillado a nuestros chicos tocando una canción todos juntos, elegida por ellos, y que parece que será nuestro colofón final de la obra de teatro; ellos mandan.
Después, mientras unos hacían el guión, partidos de la risa, otros han continuado con la canción. ¡Vaya letra chula que ha salido! La verdad es que lo hemos pasado bien haciendo de todo.
A continuación, primera sorpresa del día: ¡canoas! Aprovechando que el tiempo sigue magnífico, Diego e Irene han cogido las canoas y han llevado a los chavales a la laguna de Somolinos (pegada a la Casona). Allí han podido disfrutar durante más de dos horas de idas y venidas con los remos, además de las diferentes especies de plantas y aves particulares de una laguna fuera de lo normal por el lugar en el que está situada y por el agua tan limpia que tiene.
Una magnífica paella nos esperaba a la vuelta. De repente, ni un ruido en el comedor. Todos comían y no había tiempo para comentarios.
En el tiempo libre siguiente, ¡limpieza de habitaciones! Y es que vaya vaya, cómo tienen las habitaciones algunos… Nuestro concurso acaba de empezar y nos tememos que mucho tienen que cambiar las cosas para que no salgan todos cerdos…
Antes de la clase de música de la tarde, sesión fotográfica de la promoción #MusikalSol2014. ¿No os parecemos todos unos bellezones?
Acto seguido, ensayo de más piezas por separado, continuación del guión y muchas ideas que van saliendo poco a poco.
El otro plato fuerte del día llegaba después de la clase de música de la tarde: ¡una gymkana musical! ¡Lo que nos hemos reído! El juego del pañuelo pero con globos de agua y con sonidos en vez de números, el teléfono escacharrado pero con una melodía y corriendo de una punta a otra para cantárselo al compañero, memoria auditiva y visual después de recorrerse toda la pradera y ¡sí! El juego de adivinar canciones bajo el riego automático. Y aún no hemos terminado… La semana que viene haremos la segunda parte.
Una ducha rápida y a cenar ha sido la continuación, finalizando el día con la velada nocturna que en este momento están celebrando. Un gran día.
MusikalSol 