Como advertimos ayer, hoy sí tenemos mucho que compartir con vosotros. Y es que la segunda semana de MusikalSol 2014 ha comenzado con mucha actividad. Esta mañana, los ensayos ya los hemos hecho en el jardín donde, si el tiempo nos lo permite, haremos la representación el próximo sábado. Por primera vez, hemos pasado todas las piezas seguidas para valorar el trabajo que falta por hacer. Es mucho, pero está a nuestro alcance.
Al terminar la clase de música, hemos guardado los instrumentos para dar un repaso final al borrador del guión. Y estábamos tan enfrascados en nuestro trabajo, que nos hemos alargado un poco más de la cuenta, de modo que antes de comer apenas ha quedado tiempo para darnos un chapuzón rápido. Lo curioso es que los chicos no se quejaban e incluso había quien quería quedarse más tiempo haciendo música o pasando el guión.
El descanso de mediodía iba a ser, para muchos, el momento perfecto para preparar algunas piezas para la velada musical que les habíamos prometido hacer esta noche. Sin embargo, por primera vez en lo que llevamos de campamento, la comida ha sido más “dura” de lo esperado y hemos perdido mucho tiempo en el comedor — ya sabéis, a veces a los niños les cuesta entender que deben comer ciertos alimentos por su alto contenido en vitaminas, hierro, etc.—. Esto ha llevado a algunos alumnos a pedirle a Diego eliminar o reducir la actividad de tiempo libre de esta tarde y ceder así ese rato a la preparación de la velada. ¡Y eso que sabían que hoy tocaba circuito de cuerdas (tirolina incluida)! Las profes nos hemos quedado tan impresionadas al ver la ilusión que les hace la velada musical, que hemos decidido someter a votación la posibilidad de aplazarla y la mayoría ha decidido pasarla al jueves.
Por la tarde, ya con el guión en la mano, hemos pasado la obra de arriba abajo, empezando a trabajar la interpretación y la colocación de actores y decorado en el espacio. ¡Cuántas dudas por resolver! También hemos pasado la música que acompaña a la acción. Lo bueno es que todo está más que claro y lo mejor, que nos quedan cuatro días para mejorar pequeñas cosas que aún no están.
Después, el circuito de cuerdas, puente tibetano y tirolina. Tras de una larga explicación para tener en cuenta todos los aspectos de seguridad a respetar y así no tener ningún accidente, uno a uno han ido realizando el circuito y pasándolo en grande.
A la vuelta, Henar se ha llevado una gran sorpresa al descubrir que, aunque con dos días de retraso, el ratoncito Pérez había pasado por su cama para recoger su muela caída. ¡Qué contenta estaba! Por lo visto el ratoncito se había ido a Madrid al recibir el aviso de diente caído, pero Henar no estaba allí. De ahí tanto retraso.
Pero eso no es todo, porque en la cena, ¡no os lo vais a creer! ¡Otra muela caída! En este caso la de Marina. Esperemos que no se vuelva contagioso porque el ratoncito Pérez va a acabar exhausto con tanto viaje…
Ahora están viendo terminar la peli que empezaron ayer y en breve se irán a la cama, pues mañana por la mañana tienen prevista una ruta chulísima con Diego. Ya os contaremos.